Las algas son uno de los ingredientes estrella de la crema Soberbia Luxury, elaborada en nuestro laboratorio con una combinación de lechuga de mar (alga verde), fucus y laminaria (algas pardas) y gelidium (alga roja). Todas ellas recolectadas en el Mediterráneo, un mar con innumerables especies, aunque solo unas pocas adecuadas para el cuidado de la piel.
Algunas especies de algas resultan extremadamente eficaces en cosmética por dos razones fundamentales.
En primer lugar, su alto contenido en yodo, que ayuda a reducir la acumulación de líquidos en zonas localizadas; dicho de otro modo, ejercen un efecto lipolítico en áreas específicas como la papada.
En segundo lugar, por su riqueza en oligoelementos (Mn, Sn, Cl, Se, Ni, U, Mo, Ag, Br, Cu, F, Co), que estimulan la regeneración y la cicatrización de la piel.
Sin embargo, una simple mezcla mediterránea de algas —incluso cuidadosamente seleccionada para el cuidado cutáneo— no es, por sí misma, un ingrediente estrella dentro de una fórmula cosmética. Las algas llevan años utilizándose en este tipo de productos.
La inspiración llegó, curiosamente, en una conversación con un amigo chef, famoso por preparar unas croquetas exquisitas. Me explicó que el secreto estaba en reducir el líquido durante largo tiempo, dejándolo hervir a fuego lento hasta obtener un guiso concentrado con un sabor mucho más intenso.
Así que, en nuestro laboratorio, en lugar de croquetas, aplicamos la misma lógica: hervimos y redujimos el cóctel de algas cinco veces para obtener un concentrado. El resultado fue un extracto cinco veces más eficaz, gracias al proceso de reducción.
Así pasamos de tener un cóctel de algas efectivo… a un cóctel de algas súper efectivo: un ingrediente verdaderamente digno de una “estrella Michelin” dentro de la fórmula de Soberbia Luxury.


