Durante muchos años, la piel ha sido una gran olvidada. Las rutinas de cuidado de la piel y los pasos a seguir para mantener una piel sana a lo largo de los años eran unos grandes desconocidos. Afortunadamente, cada vez tomamos más consciencia acerca de la importancia que tiene un correcto autocuidado. Y no debemos olvidar que el autocuidado también incluye el cuidado de la piel.
Cuidados diarios para tu belleza, tus rutinas diarias.
Tener unas rutinas de belleza específica para el rostro es imprescindible para lucir una piel saludable y hacer frente a los efectos del paso del tiempo. Existen una serie de cuidados diarios o rutinas que no toman más de cinco minutos por la mañana, y cinco por la noche, y ayudan a perpetuar la belleza del rostro.
Veamos los pasos que debemos seguir para el autocuidado de nuestro rostro:
Paso 1. La primera rutina: limpiar y desmaquillar
Una limpieza y un desmaquillado minuciosos son la base del cuidado del rostro. La rutina de la limpieza diaria elimina la suciedad, el sudor, la grasa y el maquillaje. Además, evita que los poros se obstruyan y prepara la piel para el cuidado posterior. La piel limpia puede absorber mejor los ingredientes activos de los productos para el cuidado, por lo que una limpieza a fondo es el primer paso en el cuidado eficaz de la piel.
En cuanto a la limpieza, cada vez más, se recomienda insistir en una higiene en dos pasos. Comenzaremos el primero, idealmente usar limpiadores que nos permitan retirar el exceso de maquillaje como las leches o los aceites limpiadores, y las aguas micelares. Para el segundo paso, se recomienda incorporar geles y espumas que requieran aclarado con agua para perfeccionar el momento de la higiene.
Asimismo, cada vez más se están incorporando dispositivos como los limpiadores faciales sónicos y los cepillos de silicona que permiten facilitar el momento de la limpieza del rostro.
Paso 2. Aplicar el tónico
Los tónicos son un paso fundamental en las rutinas de belleza del rostro, aunque pocas veces se tienen en cuenta. El tónico nos permite devolver el pH a nuestra piel, un punto fundamental para mantenerla sana a lo largo de los años. Cada vez más, los limpiadores faciales se formulan con el fin de respetar el pH natural de nuestra piel. Aunque los tónicos todavía siguen teniendo un papel fundamental en aquellas pieles que han perdido el equilibrio y requieren una ayuda externa para recuperarlo.
Paso 3. Contorno de ojos
La piel del contorno de ojos es muy fina y está sometida a movimiento constante, por lo que es fundamental aplicar productos específicamente diseñados para la piel de esta zona. La rutina del cuidado de la piel del contorno de ojos es imprescindible, ya que suele ser una zona en dónde se aprecian precozmente los signos del envejecimiento. Además, los productos diseñados para el contorno de ojos suelen contener fórmulas específicas que contribuyen a mejorar las ojeras y las bolsas.
Paso 4. ¿Para qué sirve el sérum?
Los sérums se caracterizan por presentar una elevada concentración de ingredientes activos, por lo que se suelen aplicar directamente sobre la piel limpia. Se pueden aplicar tanto de día como de noche, dependiendo de su composición. De día, se suelen recomendar aquellos ricos en antioxidantes como la vitamina C y la vitamina E, ya que contribuyen y ayudan a proteger la piel de las agresiones externas. De noche, se recomienda incorporar aquellos ricos en ingredientes transformadores y reparadores como el ácido hialurónico, el ácido glicólico, o el retinol.
Paso 5. Hidratación, una rutina muy necesaria.
Hidratar la piel es fundamental para mantenerla firme y elástica a lo largo de los años. Elige la crema que contenga los ingredientes adecuados a cada necesidad, y aplícala realizando un suave masaje. Idealmente buscamos una crema matificante para la piel grasa, una calmante para la piel sensible y una antiarrugas para las pieles maduras. Por las noches debes repetir exactamente la misma rutina, sustituyendo la crema de día por la de noche.
Las cremas faciales hidratan y nutren, pero también combaten las imperfecciones como las pequeñas arrugas finas superficiales, por lo que es importante elegir ingredientes de calidad. Cada piel requiere una hidratante especial, por lo que consultar a los expertos antes de adquirir cualquier producto es fundamental.
Paso 6. El sol y la fotoprotección
La radiación ultravioleta es uno de los factores externos que más contribuyen el envejecimiento de nuestra piel. El uso de protector solar en nuestra rutina de cada mañana es fundamental si queremos mantener un rostro bello y sin manchas a lo largo de los años. Es muy importante incorporarlo tanto en invierno como en verano. El protector solar no es un cosmético únicamente útil en los meses de calor y sol. Debemos proteger nuestra piel del sol a lo largo de todo el año.
La radiación solar incluye varios espectros de luz, y hoy en día sabemos que todos están implicados en el envejecimiento de la piel y en el desarrollo de cáncer de piel a lo largo de los años. Por este motivo, para poder lograr una correcta protección es fundamental aplicar una cantidad suficiente de producto y reaplicarlo frecuentemente, idealmente cada dos horas. Asimismo, elegir protectores solares que nos cubran tanto frente a la radiación ultravioleta A, como la radiación ultravioleta B, como la luz visible es fundamental.
Afortunadamente, cada vez más encontramos protectores solares de amplio espectro (que cubren frente a todas las radiaciones) en el mercado. Debemos aprender a interpretar las etiquetas de los productos solares para asegurarnos de elegir aquellos que nos ofrezcan una protección adecuada a nuestra piel y que sean de amplio espectro.